Las iniciativas argentinas sobre el Acceso Abierto no son una empresa aislada ni mucho menos inmotivada. Este año comentamos la gratísima noticia de que México tomó políticamente la decisión de crear un repositorio nacional y de promover la publicación en abierto de las investigaciones financiadas con fondos estatales. Además de la creación de iniciativas regionales, en este último tiempo también aconteció lo mismo en Estados Unidos e Inglaterra.
Pero el acceso abierto no es un fenómeno sólo del mundo de la creación intelectual occidental. La proyección de sinergia que se estima en el campo del conocimiento a partir de la diseminación libre de producciones académicas es grande también para las academias orientales. Tal es así que la Academia China de Ciencias y la Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China han firmado, el pasado 15 de mayo, un documento en el que se establece que todas las investigaciones solventadas con fondos públicos deberán publicar en abierto la versión final del manuscrito revisada por pares, antes de su aparición en cualquier revista científica. Para esto, ambas instituciones confeccionarán una serie de lineamientos para no tener problemas con los derechos de propiedad, además de asegurar la calidad de las publicaciones.
La Academia China de Ciencias es el eje de los esfuerzos chinos por explorar y emplear la alta tecnología para el beneficio de China y el mundo. A través de una amplia red de investigación y desarrollo, de un sistema académico meritocrático y de un sistema de educación de alta calidad, la Academia pone en contacto a científicos e ingenieros de China y el resto del mundo para atender problemas tanto teóricos como aplicados utilizando científicos de clase mundial.
Su reciente política de publicación en abierto es la muestra de que los emprendimientos estatales plantean una mayor proyección y un desarrollo de largo alcance por medio del libre acceso.