La comunicación científica tiene más finalidades de las que, no siempre, los propios científicos son conscientes. A primera vista no hay otro modo de socializar el avance de una investigación en progreso que dejar registros legibles de la misma. También está aquello que ya sabían los latinos: “verba volant, scripta manent”, además de que dicha investigación no alcanzaría ningún impacto ni tendría ninguna utilidad si otros no pudieran someterla a críticas, reelaborarla, utilizarla en diversas investigaciones, verla desde otras perspectivas.
Por lo tanto, y a pesar de la especificidad del tema de una investigación, se hace necesario que aquello que quede escrito cumpla con una serie de formalidades que la hagan comunicable y permitan la circulación, la valoración y la reutilización de la misma por otros investigadores.
Consignar, ordenar y explicar esas formalidades (principalmente de estilo y redacción) es la finalidad del artículo que, quienes gusten, pueden visitar siguiendo este link.
Es inconveniente generalizar pero he conocido cientificos o seudocientificos que no querian ni siquiera compartir los temas de su imvestigacion por un temor estupido a que le copien sus ideas. Cuando en realidad nuestras ideas se potencian cuando hay muchas personas que se las apropian y las hacen crecer. saludos